martes, 18 de septiembre de 2012

VfB Stuttgart. Liga. 15 Septiembre. Stuttgart.



Este fin de semana ha venido mi madre de visita. Pero yo tenía partido en Stuttgart y algunas cosas son innegociables. Tampoco le importó mucho, no crean, que ya hace bastante tiempo que dejé de ser el centro de atención. Cosas de la paternidad.



Este fin de semana tocaba Stuttgart, a 400km, y fui en tren.
Hace siete años hice un viaje fabuloso en tren. Madrid-Pekín, por la ruta del Transmongoliano. Como se imaginan la travesía es fascinante, y a pesar de las largas horas y de esa simpatía natural tan rusa de los agentes fronterizos siberianos, uno le coge "gustirrinín" al ferrocarril. Recuerdo mi primera parada: Zürich, que si no es la mejor ciudad del mundo, con seguridad (como diría Clough) se encuentra en el top 1. A la orilla del lago, vida nocturna madrileña con una billetera suiza. ¿Alguien da más?
Pensé mucho en Zürich tres días después, cuando en medio de la noche cerrada camino de Minsk, nuestro vagón se elevaba por los aires (¡con todos los pasajeros dentro!) porque cambiaba el ancho de la vía, mientras la policía bielorrusa nos revisaba los pasaportes y comprobaba que habíamos pasado por caja en el consulado: 60 euros por 12 horas en las que ni me bajé del tren. Un negocio redondo.
Hay en medio de los Urales, al borde de la vía de tren, un monolito que señala la frontera entre Europa y Asía, y yo, que desde niño había sentido una atracción especial por la geografía, me había propuesto hacerle una foto por la ventanilla como uno de los grandes objetivos del viaje. Pero me quedé dormido. Un soldado ruso me vio algo decepcionado y me preguntó si jugaba al ajedrez. Me hizo mate en diez movimientos en dos partidas y visiblemente aburrido, me soltó algo en ruso y se fue. Culpa mía, por viajar en tercera.
Como decía, este fin de semana opté por desplazarme de nuevo en tren. Algo más comfortable que por Ulan Ude sí que viajé, la verdad, y es que esta vez no escatimé recursos para hacer la singladura lo más breve posible. En esta ocasión, el destino no era el viaje.
Fui solo y era temprano. Así que tampoco era plan emborracharse y dar pena a la gente.
En Alemania es muy normal comprar una caja de cerveza de 16 botellas, y meterla en el tren. Y vi varios grupos que así lo hicieron. Yo me metí dos botellas de Bitburger en los bolsillos, porque me temía lo peor. Y es que Stuttgart, aun estando en un distinto estado federal (Baden-Württemberg), es también el sur de Alemania y colindante a Baviera, y beben una cerveza similar. No puedo más que sentir algo de pena por Javi Martínez, ahora que le van a obligar a vestirse de niño y beberla en cantidad industrial. Aun así, probé en los aledaños del estadio la Stuttgarter Hofbräu, pero no se produjo ningún milagro. Tal vez el problema sea yo.

¿El partido? Cero goles, y un puntito más.

COSAS QUE LOS ALEMANES HACEN MEJOR
Hoy no me puedo evitar caer en una realidad ya conocida y poco interesante, pero no me puedo resistir a colgar la foto de este magnífico automóvil exhibido en el Museo Mercedes Benz, al lado del estadio Mercedes Benz Arena.



COSAS QUE LOS ALEMANES HACEN PEOR
Es curioso que el mercado de alquiler en Alemania funcione tan bien. Sin duda por la diferencia de precio entre comprar y alquilar, porque si no, no se explica. Aun así, digo que lo hacen peor, porque en España directamente, no se hace.
- Es común que los pisos se alquilen a través de inmobiliarias. Éstas, suben los pisos a buscadores de internet, y es el cliente el que de hecho hace toda la búsqueda, selección, llamadas, etc. Ellos te enseñan el piso, y si lo quieres, se llevan dos mensualidades. Un negocio incluso más redondo que el de la embajada de Bielorrusia.
- Los pisos se alquilan vacíos. Algo que también es normal en Madrid. Pero aquí vacío significa vacío, sin siquiera  cocina. Al mudarte, tienes que hacer la inversión inicial y, claro, luego si quieres cambiar de piso, hay que intentar colocarle la cocina al siguiente inquilino.
- Lo más surrealista: a veces se alquilan ¡sin suelo! Igual que con la cocina, muchas veces te encontrarás teniendo que pagarle al anterior inquilino, el coste del laminat (tarima).

EL DATO
Stuttgart estuvo muy presente en los telediarios hace dos años, cuando una iniciativa popular consiguió detener temporalmente la construcción de la nueva estación de ferrocarril, el denominado proyecto Stuttgart 21, por su impacto ambiental y urbanístico.
Finalmente hubo un referendum, que perdieron, pero poco después, cayo el gobierno de la CDU, que llevaba en el poder desde 1972.

6 comentarios:

  1. Lo cierto y verdad es que hay que ser muy friki para irse a Stuttgart solo a ver al Fortuna.
    Cómo ves las opciones de que el Fortuna se salve?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que me hagas esa pregunta.
      Hemos tenido un comienzo sólido. Somos el único equipo que no ha encajado goles todavía. Lo malo es que los otros equipos teóricamente débiles, también están puntuando. Salvo que algún grande pinche de verdad, nos veo luchando por el 16° puesto hasta el final. O tal vez no.

      Eliminar
  2. ¿No tienes ningún comentario sobre la "publi" de las camisetas de los equipos de la bundesliga esta jornada? Todo eso, ¿quien lo paga?.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una campaña del gobierno para la integración de los inmigrantes como yo, a la que se han acogido todos los clubes. No sé si reciben contraprestación alguna por ello, pero lo dudo.
      Angela Merkel asistió al partido del Borussia Dortmund como apoyo a la campaña.

      Eliminar
  3. Por qué no has Hecho un preview de tu próximo viaje? Crées que el resultado será incierto?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El próximo post será este fin de semana, cuando el Fortuna reciba al SC Freiburg. El Freiburg es uno de los equipos "pequeños" de la Liga, y también lucha por la permanencia. Un partido contra un equipo de "nuestra liga".
      Por contra, he de anunciar ahora que el siguiente partido fuera es el martes a las 20h en Fürth, y no podré asistir. Aun así, habrá post.

      Eliminar