Este fin de semana pasado ha dado comienzo la Copa de Alemania (DFB Pokal). En ella participan clubes de hasta la cuarta división alemana, que juegan contra los equipos de Primera desde la primera ronda. A partido único en casa del equipo de inferior categoría.
El Fortuna Dusseldorf, ganó 0-1 frente al Wacker Burghausen, y pasa a la siguiente ronda. Aunque yo no estuve allí.
Empezar un blog de viajes de fútbol, con un partido al que no has ido, supongo que no es lo más convencional. Pero intentaremos que durante esta apasionante temporada, éste sea el único que nos perdamos. Para lo cual será imperativo que el nacimiento de mi próxima hija, caiga en lunes, ya que es seguro que no caerá en el parón invernal.
Y es que fue muy difícil planificar nada, teniendo en cuenta la horrorosa segunda vuelta del Fortuna la temporada pasada en Segunda. Empeñados en desperdiciar una bonita ventaja, que finalmente se ascendiera encontraría más fácil explicación en el mundo de lo esotérico o astrológico.
Un ascenso que estuvo marcado por el escándalo: por el encendido de bengalas y petardos, y tras una invasión de campo antes del final del partido, incluyendo el robo del punto de penalty por parte de este señor, el club fue sancionado con un partido a puerta cerrada y bastantes euros de multa.
Aunque en principio la sanción parecía asumible, el azar quiso que tras el sorteo, el primer partido en casa sea contra el Borussia Moenchengladbach, el primero de los cuatro añorados derbies del año. Tras una apelación y consiguiente decisión salomónica, la sanción ha quedado en dos partidos a puerta semi-cerrada, es decir, sólo con 25.000 espectadores posibles, sobre una capacidad total de 55.000. Alguno de los 31.000 abonados se tendrá que quedar en casa.
Me gustaría hablar de la plantilla, pero lo cierto es que conozco a pocos jugadores. Y soy abonado desde hace cinco años (cuando el club estaba en regional), pero han sido ¡18! nuevos fichajes, por un total de apenas 2 millones de euros, y tan sólo conozco a ocho. El fichaje estrella ha sido Voronin. Si, ese Voronin.
Han sido 15 años tras el último partido en primera del Fortuna. El club, la afición y la ciudad entera se encuentran en un estado de euforia descontrolada desde el ascenso. Vendidos todos los abonos, triplicado el número de socios, absorbidos los seguidores de los otros deportes de la ciudad (hockey, baloncesto y balonmano), y copando a diario las portadas de los tabloides, nos esperan emociones fuertes en la lucha por mantener una categoría que, sinceramente, se plantea como una utopía.
Pero este es un blog de viajes, y el fútbol un pretexto.
El Fortuna Dusseldorf, ganó 0-1 frente al Wacker Burghausen, y pasa a la siguiente ronda. Aunque yo no estuve allí.
Empezar un blog de viajes de fútbol, con un partido al que no has ido, supongo que no es lo más convencional. Pero intentaremos que durante esta apasionante temporada, éste sea el único que nos perdamos. Para lo cual será imperativo que el nacimiento de mi próxima hija, caiga en lunes, ya que es seguro que no caerá en el parón invernal.
Y es que fue muy difícil planificar nada, teniendo en cuenta la horrorosa segunda vuelta del Fortuna la temporada pasada en Segunda. Empeñados en desperdiciar una bonita ventaja, que finalmente se ascendiera encontraría más fácil explicación en el mundo de lo esotérico o astrológico.
Un ascenso que estuvo marcado por el escándalo: por el encendido de bengalas y petardos, y tras una invasión de campo antes del final del partido, incluyendo el robo del punto de penalty por parte de este señor, el club fue sancionado con un partido a puerta cerrada y bastantes euros de multa.
Aunque en principio la sanción parecía asumible, el azar quiso que tras el sorteo, el primer partido en casa sea contra el Borussia Moenchengladbach, el primero de los cuatro añorados derbies del año. Tras una apelación y consiguiente decisión salomónica, la sanción ha quedado en dos partidos a puerta semi-cerrada, es decir, sólo con 25.000 espectadores posibles, sobre una capacidad total de 55.000. Alguno de los 31.000 abonados se tendrá que quedar en casa.
Me gustaría hablar de la plantilla, pero lo cierto es que conozco a pocos jugadores. Y soy abonado desde hace cinco años (cuando el club estaba en regional), pero han sido ¡18! nuevos fichajes, por un total de apenas 2 millones de euros, y tan sólo conozco a ocho. El fichaje estrella ha sido Voronin. Si, ese Voronin.
Han sido 15 años tras el último partido en primera del Fortuna. El club, la afición y la ciudad entera se encuentran en un estado de euforia descontrolada desde el ascenso. Vendidos todos los abonos, triplicado el número de socios, absorbidos los seguidores de los otros deportes de la ciudad (hockey, baloncesto y balonmano), y copando a diario las portadas de los tabloides, nos esperan emociones fuertes en la lucha por mantener una categoría que, sinceramente, se plantea como una utopía.
Pero este es un blog de viajes, y el fútbol un pretexto.
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